El Castillo de Praga llamado también Hradčany es la dominante principal de Praga que acaba simbólicamente el Camino Real, en el cual se encuentra el Grandhotel Praha. Como sede de gobernantes checos en el pasado y de los presidentes actualmente, pertenece entre los monumentos históricos más importantes de la República Checa.
Aunque siempre era percebido sobre todo como la sede de los gobernantes checos, en su área venían levantándose palacios e iglesias en casi todos los estilos arquitectónicos del milenio pasado.
Su mayor auge y desarrollo se debe al emperador Carlos IV. En el año 1344 fundó la parte más importante del Castillo - la catedral de San Vito. Es el templo más grande de Praga y además de santos oficios, era también lugar de la coronación de reyes checos. Conserva las sepulturas de los gobernantes checos igual que es el puesto de guardar las joyas checas de coronación. Es por eso que la catedral es símbolo de la identidad del pueblo checo. Además de los restos mortales de los reyes yacen allí también santos, aristócratas y arzobispos.
Cada gobernante checo participó en la construcción o reconstrucción de algunas partes del Castillo de Praga. Vladislao Jagellonés hizo construir el primer edificio con elementos renacentistas en Bohemia, la famosa Sala de Vladislao con una cúpula espléndida. Influyó en su desarrollo y en su arquitectura también el emperador Rodolfo II, conocido por su interés por ciencias esotéricas. Otra reconstrucción importante se debe a la emperatriz María Teresa en el siglo XVIII.
El Castillo de Praga, accesible desde la Ciudad Pequeña por la escalera antigua a lo largo de las murallas, hoy día es un conjunto de monumentos valiosos, entre ellos la Callejuela de Oro con casitas diminutas, originalmente ocupadas por los ofrebreros. También vale la pena mencionar los hermosos jardines del Castillo, la basílica de San Jorge, el Palacio de Lobkowicz - sede de esta familia aristócrata, y el palacete de verano de la reina Ana, llamado Belveder, en el estilo renacentista.
El Castillo sin duda encantará a cada visitante por su variedad. El Camino Real desde el Grandhotel Praga hasta el corazón del Castillo - la catedral de San Vito, le proporcionará una impresión irrepetible.